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lunes, 18 de marzo de 2013

Capítulo 3: Aciano.

A excepción de la visita que hizo a la tienda de la anciana, Marta hizo lo mismo de siempre durante el fin de semana. Se dedicó ha hacer los deberes, a leer, ver la tele y jugar a Pokémon, aunque esto último no lo admitiría ante nadie.
Esperó impaciente a que llegara el lunes para contarle a sus amigas que sospechaba que ese "admirador" suyo era más bien un "acosador" y que le había vuelto a enviar una flor; y en cuanto las encontró ese día lo hizo.
-¡Eso significa que realmente le gustas!-Dijo Ana.
-Es muy romántico.-Apuntó Marsela.-Que te envíe mensajes por medio de las flores... Ojalá me pasara a mí.
-¿Qué romántico? ¿Os dais cuenta de que hay alguien que me está vigilando y sabe mis horarios?
Marta no se dejaba llevar por la idea por que, quisiera o no, era la más lógica del grupo. Siempre tenía que haber pruebas científicas que demostrasen que algo era cierto. La chica no consiguió que sus amigas comprendiesen su punto de vista.
Esa tarde tuvo un partido de tenis y lo ganó. 
-Yes.-Dijo después de estrecharle la mano a su rival, evitando que ésta la escuchara.
Cuando se dirigió a guardar su raqueta en la funda encontró otra flor:

Que volvía a estar acompañada de otra nota:

Hoy estabas muy seria. Estás más guapa cuando sonríes.


Perfecto, ahora hasta sabe que juego al tenis. ¿Mamá no lo estás impidiendo porque sabes que no es malo? Preguntó mientras miraba a la luna que ya iluminaba el cielo.
Marta siempre había pensado que su madre se convertía en la luna por la noche e iluminaba su camino a casa. Tal vez fuera porque no había podido crear ninguna imagen suya, y su padre tenía sus fotos escondidas bajo llave.
La chica olió la flor y no pudo reprimir una sonrisa al releer la nota.
-Si tu lo dices...-murmuró mientras guardaba la raqueta y se ponía la sudadera roja que se había quitado porque tenía calor.
Mientras volvía a su casa se puso a escuchar música con una sonrisa.
Caminó en silencio mientras las sombras la ocultaban y protegían. Siguió sonriendo e imaginando cómo sería el chico de las flores. 
Solo esa noche se permitiría ser algo que nunca pensó ser, una chica imaginaria, una romántica, y no una científica...


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